PRÁCTICAS HIDROGRAFÍA. 2º BACHILLERATO. GEOGRAFÍA

Realizar del comentario y análisis de estos dos mapas referidos a la hidrografía peninsular.

Para la realización del comentario debemos nombrar la clasificación del mapa, los datos de observación y desarrollar el elemento geográfico representada en cada mapa y su distribución, así como su relación con el mapa. No debemos utilizar simplemente el mapa para desarrollar el apartado que aparece en el libro, ni desarrollar sólo la localización de elemento concreto. Debemos utilizar el mapa como "guía" para exponer el elemento geográfico representado.
Para finalizar el comentario desarrollamos una conclusión que relacionamos sobre todo con el factor humano.







Introducción y datos de observación:
La práctica que es objeto de comentario se refiere a un mapa de España, en el que aparecen representado el régimen fluvial que se desarrolla en la Península Ibérica y los archipiélagos Balear y Canario. Aparece además la fuente de donde procede el mapa, la UNED, una escala gráfica, y la leyenda, dividida en 7 segmentos organizados por colores.

Clasificación:
A partir de estas premisas podemos decir que se trata de un mapa temático de coropletas, analítico, cualitativo y estático.

Comentario:
a) Elemento geográfico y factores:
El elemento geográfico que aparece en este mapa es la diversidad de régimen fluvial que se desarrolla en nuestro país. El régimen fluvial es la variación estacional del caudal de un río (corriente continua de agua, más o menos caudalosa, que desemboca en el mar, en otro río o en un lago). Dicho caudal lo podemos definir como la cantidad de agua que pasa en un segundo por un punto dado del río, medido en metros cúbicos por segundo. El régimen fluvial depende de la distribución de las precipitaciones y de la importancia de la precipitación nival. En función de ambas se pueden distinguir ríos con régimen nival, pluvial o mixto, como aparece en la leyenda de este mapa de coropletas.
El clima es el factor más importante en la configuración del régimen fluvial. Las precipitaciones determinan el caudal de los ríos y sus variaciones a lo largo del año. Las temperaturas colaboran a la mayor o menor evaporación del agua.
Otros factores que determinan el tipo de régimen fluvial son: el relieve, sobre todo relacionado con la altitud que permite la precipitación en forma de nieve; la vegetación que aminora la evaporación; y la acción humana que realiza acciones para la regularización de los ríos.

Cuerpo del comentario:
A partir de la leyenda, paso a comentar a continuación, la diversidad de regímenes pluviales que encontramos en nuestro país.
-En primer lugar hay que destacar los ríos con régimen nival, que nacen en la alta montaña, donde son frecuentes las nevadas. Su caudal máximo se registra a finales de la primavera o en verano, con el deshielo, aunque la precipitación pasa entonces por el mínimo estival. Las aguas bajas tienen lugar en invierno, al quedar retenida la precipitación en forma de nieve o de hielo en las montañas.
Este tipo de régimen fluvial se refiere al nival representado en el mapa con el color blanco, localizado únicamente en el Pirineo Central, y al nival de transición representado en el mapa con el color rosa, localizado también en una franja más ancha de los Pirineos, pero a menor altura que el anterior.
-En segundo lugar destacamos los ríos con régimen mixto de tipo nivopluviales en los que predomina la influencia de las precipitaciones en forma de nieve, y que se corresponde con el color azul oscuro que se localiza en las demás áreas de los Pirineos que no son ocupadas por los anteriores regímenes, y en la zona de Sierra Nevada en el Sistema Bético, por lo que la altitud sigue siendo un factor determinante en este tipo de régimen fluvial.
-En tercer lugar aparece una degradación del anterior, consecuencia de la menor altitud y de los factores climáticos que traen consigo unas temperaturas en invierno que permiten la aparición de la precipitación en forma de nieve. Aparece en el mapa representado con el color azul color y se refiere al régimen pluvionival, en el que predominan las precipitaciones en forma de lluvia sobre las de en forma de nieve. Se localiza en la zona sur de los Pirineos y Norte del Valle del Ebro, algunas zonas del Sistema Ibérico, Central y Bético, y en la Submeseta Norte, localizado en la cabecera del Duero.
-En cuarto lugar destacan los regímenes de tipo pluvial, que sólo dependen de las precipitaciones, por lo que su caudal refleja los máximos y los mínimos de éstas, en cada zona climática.
Existe la excepción del régimen pluvial y pluvionival oceánico, representado con el color verde en el mapa sobre toda la cornisa cantábrica, Galicia y al sur de la propia Cordillera Cantábrica. La variante pluvionival se desarrolla únicamente en algunas zonas de la Cordillera Cantábrica, de elevada altitud, y entre sus ríos destaca el Adaja. El pluvial oceánico es el más regular de todos los regímenes, ya que los ríos tienen un gran caudal a lo largo de todo el año, y entre ellos destacan el Nalón, el Bidasoa o el Miño.
El régimen pluvial subtropical aparece representado en el mapa con un color amarillento y afecta a las cabeceras de los ríos del sudeste y del archipiélago Canario, por lo que se relaciona con un régimen más extremado, en el que destacan los ríos Guadalhorce y Almanzora,.  que el pluvial mediterráneo, representado de color rojo en el mapa, y que aparece sobre el archipiélago Balear y toda la vertiente del Mediterráneo. Su característica principal es la aparición de estiajes en veranos y crecidas en otoño y verano, acorde con la disposición de las precipitaciones del propio clima mediterráneo marítimo. Hay que destacar los ríos Turia, Júcar y Segura.

Conclusión:
Hay que destacar también que los ríos de gran longitud poseen diferentes tipos de regímenes a lo largo de su cauce, como observamos con el Duero, el Tajo, el Guadiana o el Guadalquivir, que en sus cabeceras se desarrollan a partir de un régimen pluvionival, y gran parte de su recorrido, se desarrolla el régimen subtropical, propio del clima mediterráneo continentalizado, que se caracteriza por precipitaciones escasas y un alto nivel de evaporación a causa de las altas temperaturas de verano.
Otro caso parecido lo encontramos con los afluentes del Duero que provienen de la Cordillera Cantábrica, como el Pisuerga, que nacen en un régimen pluvial o pluvionival oceánico, y durante su recorrido, pasan a un régimen subtropical. El factor climático de nuevo es la clave.
Los afluentes de de la cara norte del Ebro, como el Aragón o el Gállego, son los ríos que representan mejor esta transición, pasando por hasta 5 regímenes fluviales diferentes: nival, nival de transición, nivopluvial, pluvionival y mediterráneo.
El aprovechamiento de las aguas de los ríos se destina para usos agrarios, abastecimientos urbanos e industriales, uso energético, uso ambiental y recreativo.
Además a causa de la configuración de estos regímenes fluviales anteriormente descritos, existe una desigualdad distribución de los recursos, encontrando zonas de superhávit, equilibrio y déficit hídrico, por lo que son indispensables la construcción y mantenimiento de embalses, trasvases y desalanizadoras.




Introducción y datos de observación:
La práctica que es objeto de comentario se refiere a un mapa de España, en el que aparecen representado la distribución de las cuencas y vertientes hidrográficas que se desarrollan en la Península Ibérica y también aparecen los archipiélagos Balear y Canario. Aparece además la fuente de donde procede el mapa, la UNED, una escala gráfica, y la leyenda, en la que podemos observar el límite de las vertientes y cuencas hidrográficas a partir de isolíneas, las áreas endorreicas con un color rosáceo, y el área ocupada por cada cuenca medida en miles de kilómetros cuadrados.

Clasificación:
A partir de los datos obtenidos de la observación, podemos clasificar este mapa como temático, de coropletas y de isolíneas, sintético (ya que expresa las vertientes, las cuencas y la zona ocupada), cuantitativa (ya que me da la información numérica del área ocupada por cada cuenca) y estático.

Comentario:
a) Elemento geográfico y factores:
En este mapa aparecen representadas tanto las cuencas como las vertientes hidrográficas, por lo que definiremos ambos elementos a continuación:
La cuenca hidrográfica es el territorio cuyas aguas vierten a un río principal y a sus afluentes. Se caracterizan por los siguientes rasgos:
Se encuentran separadas por divisorias de aguas, formadas por las cumbres de los relieves montañosos que las delimitan. En la cuenca, los ríos circulan por un cauce o lecho, y forman una red organizada jerárquicamente desde los subafluentes y afluentes hasta llegar al río principal.
Una vertiente hidrográfica es el conjunto de cuencas cuyas aguas desembocan en el mismo mar. En la península se observa una gran disimetría entre las vertientes atlántica y cantábrica (en las que desemboca el 69% de los ríos peninsulares) y la vertiente mediterránea (en la que desemboca el 31% restante). La causa es la inclinación de la meseta hacia el oeste a partir del Sistema Ibérico.
El relieve y la topografía influye en la organización de las cuencas y vertientes hidrográficas, que se separan por unidades del relieve. Además el clima hace que las precipitaciones determinen el caudal de los ríos y sus variaciones a lo largo del año, resaltando las característica de cada cuenca y vertiente.

b) Cuerpo del comentario:
A partir de la limitación geográfica que  aparece en la leyenda paso a comentar  las distintas vertientes, cuencas y áreas endorreicas, que son zonas en las que existe una red hidrográfica regular pero las aguas no van a parar al mar, sino que van a parar a lagos o lagunas interiores, o se pierden por evaporación a evapotranspiración. Se desarrolla por tanto en zonas interiores de España.
Centraré este cuerpo de comentario definiendo en primer lugar las características básicas de cada vertiente, para después centrarme en las características de las cuencas que se encuentran en cada una de las tres vertientes, pasando así de lo general a lo concreto en el desarrollo de mi comentario.
-Vertiente Cantábrica:Sus ríos son cortos, ya que nacen en montañas cercanas a la costa. Tienen gran fuerza erosiva, dado que salvan un gran desnivel entre su nacimiento y su desembocadura, que se reduce gracias a la masiva vegetación que se desarrolla en esta zona. Los ríos cantábricos son caudalosos y de régimen bastante regular, gracias a las abundancia y constancia de las precipitaciones propias del clima atlántico. Aprovechando estas características se han construido pantanos destinados a la producción hidroeléctrica.
Esta vertiente es la que menos kilómetros cuadrados ocupa del península, y en el mapa que es objeto de estudio, la cuenca Norte comparte tanto la vertiente cantábrica como parte de la atlántica y se extiende a lo largo de 53900 kilómetros cuadrados como nos marca la leyenda del mapa. En otros mapas de la distribución de cuencas y vertientes aparece diferenciada en dos, destacando la cantábrica únicamente para dicha vertiente, por lo que nos centraremos sólo en esa parte de la cuenca Norte.
Por lo tanto consideramos que los ríos característicos de esta vertiente cantábrica son de este a oeste:el Bidasoa, el Nervión, el Nalón, el Pas, el Deva, y descatar la cuenca del Nalón-Narcea, como la más importante. Para finalizar destaca el Eo como río más al oeste de la vertiente cantábrica.
-Vertiente Atlántica:
Sus ríos son largos al nacer cerca del Mediterráneo y desembocar en el Atlántico. Su fuerza erosiva es escasa ya que discurren por llanuras, pero forman barrancos en los desniveles. Su caudal es abundante, porque tienen numerosos afluentes, pero su régimen es irregular. Presentan estiaje en verano coincidiendo con el mínimo de precipitación, y crecidas en otoño y primavera, propio del clima mediterráneo. Entre sus cuencas podemos distinguir las siguientes de norte a sur:
1) La Cuenca del Miño, englobada en la cuenca Norte. Este río nace en el Macizo Galaico, recorriendo las provincias de Lugo, Ourense y Pontevedra hasta llegar a La Guardia, donde desemboca siendo la frontera entre España Y Portugal. Su principal afluente es el Sil.
2) La Cuenca del Duero. Es la más extensa de toda la península con un total de 78900 kilómetros cuadrados. El Duero nace en los Picos de Rubión en el Sistema Ibérico, atraviesa las provincias de Soria, Burgos, Valladolid, Zamora y desemboca en Oporto (Portugal). Recibe entre otros afluentes, el Pisuerga y el Esla desde el Norte, que aportan mucha agua, y por el sur, el Adaja y el Tormes, que nacen en el Sistema Central y le aportan menos agua que los anteriores. Predomina el régimen pluvial con máximos en el invierno y mínimos en verano. En esta cuenca se sitúa las lagunas de Villafáfila como área endorreica, como aparece en el mapa.
3) La Cuenca del Tajo. Posee una extensión de 55700 kilómetros cuadrados. El río Tajo es el de mayor longitud de la península, aunque su cuenca es pequeña. Nace en la Sierra de Albarracín, en el Sistema Ibérico y atraviesa las provincias de Guadalajara, Madrid,Toledo, Cáceres,desembocando en Lisboa. Del norte recibe la mayor parte de sus aportes de agua: Jarama, Alberche, Tiétar y Alagón. Posee un régimen pluvionival, con máximo en primavera en su curso alto y medio, mientras que pluvial oceaníco, en su curso bajo. En esta cuenca también aparece una zona endorreica.
4) La Cuenca del Guadiana: Posee una extensión de 59900 kilómetros cuadrados. El río Guadiana nace en las Lagunas de Ruidera y desaparece para aparecer posteriormente en los Ojos del Guadiana, afloramiento de aguas subterráneas donde se hallan las Tablas de Daimiel. Atraviesa las provincias de Ciudad Real y Badajoz y desemboca en Ayamonte, después de hacer frontera entre España y Portugal algunos kilómetros. En el territorio de gestión de la Confederación Hidrográfica el Guadiana se incluyen los ríos Tinto y Odiel, que desembocan directamente al mar, y que algunos geógrafos consideran una cuenca independiente. En esta cuenca aparecen numerosas zonas endorreicas como las ya nombradas Lagunas de Ruidera o Tablas de Daimiel.
5) La Cuenca del Guadalquivir: Posee una extensión de 66100 kilómetros cuadrados, siendo así, la tercera más extensa. El Guadalquivir nace en la Sierra de Cazorla y atraviesa las provincias de Jaén, Córdoba, Sevilla y Cádiz, desembocando en San Lúcar de Barrameda, en las Marismas de Doñana. En su último tramo se convierte en un río navegable. Cuenta con la aportación de los afluentes de Sierra Morena (Guadalimar, Jándula y Guadiato), y de la Cordillera Subbética como el Genil. Su caudal máximo se concentra en invierno, y el mínimo en verano. En esta zona también existen numerosas zonas endorreicas como las pertenecientes al Parque Natural de Sierra de Hormachuelos y las del Parque Nacional de Doñana.
-Vertiente Mediterránea: 
Sus río, a excepción del Ebro, son cortos ya que nacen en montañas próximas al mar, por lo que son abarrancados, que erosionan violentamente las laderas deforestadas. Su caudal es escaso, debido a la escasez de precipitaciones, y su régimen es muy irregular, presentando un acusado estiaje en verano, y pueden sufrir crecidas catastróficas en otoño originadas por las lluvias torrenciales (gota fría). También destacan los torrentes encauzados por ramblas, que permanecen gran parte del año secos.
Pasamos a continuación a describir las diferentes cuencas que se localizan en esta vertiente en dirección Sur-Norte.
6) La Cuenca Sur: Posee una extensión de 16400 kilómetros cuadrados, siendo así la de menor extensión de la península. En una cuenca intercomunitaria compuesta por pequeños ríos que nacen en los Sistemas Béticos y desembocan en el Mediterráneo, con las características típicas antes descritas. No presenta zonas endorreicas de importancia.
7) La Cuenca del Segura: Posee una extensión de 18600 kilómetros cuadrados. Incluye territoris principalmente de Murcia y de Andalucía, Castilla La Mancha y Valencia. Es un río de régimen irregular con fuertes estiajes en verano, por lo que para paliar esta falta de agua, se construyó el Trasvase Tajo-Segura, obra hidráulica que afecta a las confederaciones del Tajo, Guadiana, Segura y Júcar. Desemboca en Guardamar del Segura a sólo unos 50 Km de San Pedro del Pinatar. No posee zonas endorreicas de importancia.
8) La Cuenca del Júcar: Posee una extensión de 42900 kilómetros cuadrados. En la misma cuenca se desarrolla también el río Turia y otros pequeños ríos que desembocan en el Mediterráneo entre las cuencas del Segura y la del Ebro. Son ríos cortos e irregulares, que padecen estiajesen verano y crecidas principalmente en otoño. No posee zonas endorreicas de importancia aunque sí numerosos embalses.
9) La Cuenca del Ebro: Posee una extensión de 66100 kilómetros cuadrados, siendo la más extensa de la vertiente mediterránea y la segunda más extensa de la península. El Ebro nace en Fontibre (Santander) y recorre las provincias de Burgos, Álava, La Rioja, Zaragona y Tarragona, desembocando en forma de un extenso delta. Los afluentes del norte poseen un régimen pluvionival fundamentalmente, y recogen las aguas de la vertiente pirenaica meridional, como el Aragón, el Gállego, el Segre o el Cinca. Los afluentes provenientes del sur, como el Jalón, poseen un régimen irregular, y nacen en el Sistema Ibérico. En esta zona sí se desarrollan importantes zonas endorreicas como la Laguna de Sariñena en Los Monegros, y la Laguna de Gallocanta, entre Zaragoza y Teruel.
10) La Cuenca del Pirineo Oriental: Posee una extensión de 16500 kilómetros cuadrados. Se trata de pequeños ríos pirenaicos o nacidos en la Cordillera Costero-Catalana, que desembocan en el mar con las características propias de los ríos de la vertiente mediterránea. Losmás importantes son el LLobregat y el Ter. No poseen zonas endorreicas de suma importancia.

Conclusión:
En primer lugar hay que señalar en en ambos archipiélagos no se desarrollan ríos propiamente dichos, únicamente arroyos, por lo que quedan fuera del comentario.
En segundo lugar resaltar que a partir de las características más arriba descritas, comprendemos las construcciones que se desarrollan a lo largo de nuestro territorio para aprovechar o mejorar dichos recursos, como las centrales hidroeléctricas de la vertiente cantábrica o el Trasvase Tajo-Segura en la mediterránea. Además la construcción de numerosos embalses, sobre todo en la zonas del sur y del este, permiten resolver el déficit hídrico de estas regiones, junto con la explotación de numerosos acuíferos para el aprovechamiento del agua, ya sea para usos agrícolas o abastecimiento de ciudades.

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